CABEZA DE PERRO

san Cristoforo Cinocefalo - ícono bizantino

MÉXICO 2014 d.C.

- ¿qué me importa de conocer las vidas pasadas de la gente? Me vale madre de todo… fíjate si me puede interesar saber de sus vidas… -

- este sí es un punto - la voz de mi compañera en el audífono, de un solo lado que la otra bocina se reventó, me anima, como siempre, a investigar más

- estoy de mala onda, odio este lugar, me caen gordos todos, y todas las tareas las rutinas que me creé. Estoy en huelga: ni trabajo ni meditación ni nada, o a lo mejor sí: pura cerveza, me quiero emborrachar, y tequila, y vinos… -

- sólo por hoy te lo permito - se ríe sola de tanta audacia, no sabe que es una semana que voy bebiendo, o a lo mejor sí lo sabe, me conoce bien.

 

EGIPTO 3er milenio a.C.

Me voy a dormir, o mejor dicho a hibernar, ya que tengo esta capacidad; o sea los creadores de mi cuerpo le dieron esta facultad, como los osos duermen entre una estación cálida y la otra así hago yo, pero mi sueño puede durar eras ¿quién sabe cuanto? hasta que venga el tiempo de mi nueva misión. Sé solo que estoy cansado. Tuve una larguísima vida, tiempos incontables en las naves espaciales de nuestra flotilla, y en fin aquí donde les enseñamos a los terrestres a embalsamar cadáveres, y a través de esta practica mostrarles el carácter doble de la muerte, otro despertar… al creador del universo le gusta jugar, nunca es lo que parece, todo es doble, múltiple, todo es un truco. Pero no es un truco esta cabeza de chacal encima de este cuerpo humano, ingeniería genética, son buenos mis creadores en esto y, aún si ellos me la dieron de lobo, aquí en Egipto me ven con cabeza de chacal. Y mi espíritu vino en este cuerpo. Los habitantes de aquí saben bien que somos gente de otra estrella, aún si sus jefes nos transformaron en dioses, creando una religión para el control político. Tuve que trabajar con los muertos toda mi vida terrestre. Será una ilusión la muerte pero el dolor es real, el hedor es real, las lagrimas que acompañan mi vida donde quiera que vaya son negras, como las mías. Mejor dormir, estoy cansado. Hice que prepararan un rincón escondido en una pirámide, no lo sabe nadie entre los vivos, aquí podré dormir por siglos.

 

EURASIA siglo XX d.C.

 

Sueño sueños raros, que lo revelan todo, cada noche, y cada noche les olvido. A los dieciséis años empecé a soñar de escapar de un peligro terrible y caer en una situación peor; y después aún en los sueños lo sabía, me perseguían el fuego los perros el dolor la perdición - no hay otra salida que aquella puerta - y aún consciente que del otro lado iba a haber algo peor, no podía hacer otra cosa que lanzarme… al próximo infierno. Siempre estaba mi mamá conmigo, era para salvar a ella que no me dejaba devorar, y a veces la tenía que cargar físicamente, como un cuerpo muerto. Hasta que después de dos años una noche me la encuentro: bella joven encuerada bajo una cascada de agua y de luz, Madre Naturaleza me lo explicó todo, y fue una maravilla, y supe que nunca más iba a tener estas pesadillas. Y así fue… en los sueños, porque el laberinto infernal se mudó a la vigilia, y en mi vida todo siempre se iba a la chingada: dolor muerte cárceles hospitales crematorios cementerios fueron mis lugares. Cargué los cadáveres de mi esposa y de mi hijo. Y de mi mamá de mi papá me sentí asesino. Pero siempre supe de tener la llave de oro para salir del laberinto infernal: la explicación de Ella… aún si no la recuerdo.


MÉXICO 2014 d.C.

 

A la cliente no la conozco ni sé en que lado del mundo está, no la veo, es sólo una voz por teléfono; una que pidió una consulta, y nosotros los clarividentes nos repartimos la lectura por partes. Yo me desafío, ya no me da miedo, me vale verga, y así cuando toca a los demás videntes quiero verlo yo también y ¡caray! siempre le dicen lo que yo también acabo de ver, es asombroso, y justo después de pensar que no quiero creer… pero sigo aquí porque sé que éstas ideas te las meten los arañas. De repente empiezo a ver en una vida pasada de la cliente, una de las tres que le vamos a leer, una que me llama la atención, y cuando pienso que tendría que comunicárselo… por supuesto que la guía en turno me la asigna. Así le dijo:

- te veo correr, eres una mujer vestida de azul, en un lugar del Oriente Medio, más allá de Siria, hace unos dos mil años, estás desesperada, hay una guerra, perdiste a tu hijo. Está otra persona involucrada, sentada en frente de ti, esta persona tuvo responsabilidad en la muerte de tu hijo, tú lo aceptaste, pero no la pudiste perdonar en tu corazón. Tu espíritu me mostró esta vida en particular para que te pueda decir lo que veo muy claramente: tu hijo de entonces ahora está bien, es muy hermoso con largos cabellos color del oro, y luce todo de una luz dorada, pasó a un nivel de existencia superior ¡el plan funcionó! Pueden sentirse en paz. -

 

PERSIA 1er siglo a.C.

 

- No me dijiste que tenía que morir ¡tú, Cabeza de perro! - sentada en la banca de piedra la mujer está en frente de mi, vestida de azul, desafiando lo que cree un dios. Estoy solo, sólo yo en este lado de la mesa. La emoción me bloquea. Nunca pude hablar, el hocico de perro me impide de articular palabras, siempre comuniqué telepáticamente, pero ahora no puedo. Así como la mujer y su marido sentados a un lado de ella, después de la ceremonia de entierro del cuerpecito, están maldiciéndome silenciosamente, maldiciendo a lo que creen un dios… así yo voy maldiciendo a mis creadores ¿porqué la muerte tiene que ser mi trabajo? ¿porqué todos los seres queridos tienen que morirme alrededor? Ya estoy cansado de todo eso, no es un juego… ¡nunca lo fue! aún si yo lo empecé ya no quiero. Yo lo empecé. Todos escogimos nuestro destino, allá, entre una vida y la otra, tejimos la red de nuestras vidas, ahí sabemos porqué, a lo mejor, pero aquí no lo recordamos, la tarea es descubrirlo, recordar nuestra misión. Yo ya sé cual es la mía, me desperté en la pirámide y vine hasta aquí con una tarea más evolucionada, no solo acompañarlos del otro lado, como era en Egipto, esta vez se trata de algo mejor… tanto mejor que es más terrible: aquí no soy un embalsamador ¡aquí soy un asesino! Tengo que subir mi consciencia desde el centro de las emociones a la cabeza, sino el dolor la rabia la desesperación me arrastran, para ser capaz de decir algo a la mujer

- te dije que su espíritu se ofreció para ir en otra dimensión, para su evolución, para un aprendizaje tan excelso y avanzado que no lo podemos imaginar, y sí fue aceptado, lo mereció, fue escogido… -

- me dijiste solo que tenía que ir a otro mundo… -

- no es posible irse con todo el cuerpo, se trata de una dimensión puramente espiritual, y ya estaba listo -

- era tan chiquito… - La mujer empieza a aceptar, pero solo como consolación: su mente le dice que su hijo va a ser un dios, mejor que vivir aquí entre guerras, sangre y violaciones… pero en su corazón me odia, yo soy el culpable, el autor de tanta injusticia, él que vino a llevárselo. Ya basta. Estoy viejo, este cuerpo va a morir pronto: no quiero hibernarme otra vez. Y la próxima voy a nacer hombre, igual a todos los demás. Ya no es tiempo de dioses.

 

 

Rodolfo de Matteis, Real de Catorce, a 12 de febrero de 2014

 

este cuento fue publicado por primera vez en el segundo numero de la prestigiosa revista mexicana CINOCEFALO