VIERNES SANTO

   Viernes Santo ¡matanza de Dios!
   ¡Voz en el desierto!
   frente a los ojos húmedos de su mamá
Viernes Santo ¡matanza del Hombre!
   Advertencia por la manada humana
   en la cumbre del cerro Calvario
   contra un triste cielo de plomo
   se recortan tres negras cruces.
   Cada una lleva el estrago de un hombre
   el tormento de un cuerpo
   goteante sangre y baba,
   ¡grumo de excrementos  y de dolor!
   entre las lagrimas de sus mujeres
   y la pelea de cuervos y zopilotes.
Viernes Santo ¡matanza del Bandido!
   Él de la cruz mediana (por cierto un rey
   ya que una corona le crece en la frente)
   es el solo de los condenados al suplicio
   que mantenga su conciencia
   porqué de los otros dos
   uno parece ya muerto, y tal vez lo es,
   mientras que el otro esta loco por la tortura
   y con ojos bizqueados grita en contra de todos
   y lo maldice todo mientras que de lejos, muy lejos,
   en una nube de polvo rojo y reseco
   perseguida por perros flacos y sarnosos
   una vieja camioneta desgarrada
   cargada con tres ataúdes baratos
   lenta sube las vueltas del cerro Calvario.
Viernes Santo ¡matanza de Verdad!
   El reportero de TV Azteca
   sospechoso se acerca a la cruz mediana
   y así habla al Señor:
   ¡Jesucristo, tu eres Superestrella!
   ¿qué pasa, no piensas en tu publico?
   ¡bajará la audiencia! Ya sabes
   que no les gustan los perdedores…
   El Señor Jesucristo, frente a la cámara
   en directo susurra algo con voz muy débil.
   ¡No se oye, el tiempo es dinero!
   aguanta que te acerco el micrófono.
   Y le hecha un largo palo en la boca
   que pero en su punta no lleva micrófono
   si no un trapo impregnado de vinagre.
Viernes Santo ¡matanza del Rey!
   El reportero de Televisa así habla al Señor:
   Te llamaste rey… pues
   ¿no sabia Usté que nosotros aquí los reyes
   los sacrificamos y ofrendamos sus corazones
   sangrientos y aún palpitantes de vida
   a los amos de los anuncios publicitarios?
   Y le acerca un largo palo que pero en cima
   no lleva micrófono si no una punta de lanza
   que le ensarta en el divino costado 
   y así lo mata.
 
Oaxaca, Semana Santa del año 2000