Cambié el CD en mi equipo Incorporado yo… agitadísimo, mirar: Mis manos que temblantes como todo el mundo en derredor de mi articulan los movimientos necesarios para la sustitución del disco el deslizar de los dedos en zonas oscuras ad alto riesgo de choque eléctrico, quitar y poner en su lugar el CD no es buena música para morir BlaCK rIDER de Tom Waits Tomas Espera con sus campanas tibetanas es sin dudas mejor, apresurarse a introducir el disco y lanzar la banda sonora y enfrentar el ataque de la Cosechadora. ¡ Sobreviviente, chingao ! en el momento supremo yo cuidaba la estética la banda sonora y la forma de la escena pero a mi a mi alma no pensaba. Ahora ya pasó la medianoche y también del sueño sospecho. Lo he visto bien en la cara el Miedo cuando la Muerte me acarició, pero es como si las cosas fuertes acontecimientos o más si no los cuento no existan de todo, será un juego de la Diosa para que escriba creando mundos por creadores aburridos. En caída libre viajo ahora sin aquella banda sonora que parecía indispensable ayer, pa’ morir. Agarrados a la música a una imagen a cualquier cosa pa’ vivir como manada de lobos hambrientos mujeres y hombres, solos derraman por el planeta. Los más jóvenes, como los viejitos tienen sus bocas empapadas de una ambigua baba rojiza, los une solo el ser listos para todo en aquella caza sin reglas. Algunos, apretados uno a otro en temblantes grupitos, se revuelven pa’ desatarse de la horda nómada en la esperanza de encontrar una casa un teatro pa’ sus amores entrelazados pero los demás todavía vaguean y hechizados de un soplo de una quimera derriban los que lo permiten y corriendo pisan los demás, sus codos son como amolads hojas de sable que sacuden hendientes mutilantes en el nombre de un amor que no saben ver y nunca vieron y temiendo sobre cualquier cosa al mundo de encontrarlo de veras sus mentes alucinadas traman en seguida planes para desahcer lo que todavía no logran hacer. Radio Londres: el otro día en aquella tierra golpeada por la hambruna muchos se comieron uno a otro por el hambre. En caída libre puede caer ahí uno y finir en albóndigas o dejar que el objetivo se cierre haciendo surfing en su propia cabeza deslizandose de un pensamiento a otro y si viene aquél aquél que absolutamente no quiere ver es un momento perder la ruta la implosíon de un agujero negro el fín. Y otro paseo de la ruleta habrá ido. Oaxaca
1998 |