No lloro tal vez por ti que no estas aquí, o sí, sin dudas
lloro por cuanto me faltan tu desatino, tu simpatía, tus ojos de mujer, tu espada que me corta en las entrañas, tu boca que me sabe besar así bien.
Lloro por mi mendigo de estos besos, y no puedo verme así a los 50 años, si nunca pude
lloro por mi que tengo que huir de un nuevo ensueño
lloro por mi que busco y no busco, que quiero y no amo, que amo y no quiero.
No lloro por ti Anita, o por Tatiana, o Alessandra, o Sara
lloro por mi adición a llorar por Vos, por todas las lagrimas que no lloré cuando tenía y que ahora me ahogan
lloro por la inefable incomprensibilidad de vos mujeres que apenas empiezo en conocer y admiro y respeto más allá del bien y del mal que me haceís
diosas vendadas y vanidosas, posesivas videntes, pendejas licenciadas, repartidoras de amor y vida, perfidia y malón, me rindo a Vos, maestras mías.
Tal vez espero solo que llores de recelo en el cantarte esta canción para ti que habla de otras, así como tu tienes el tremendo poder de hacer con migo
cuando quería solo reír, reír de nosotros en tus brazos, reír del mundo del cielo y del infierno, reír de este mar que esta tan solo sin ti que nunca fuiste aquí
y reír más, y reír más y más porqué cuando río tal vez no lloro.