Vaivén de las olas del tiempo
rompiéndose en contra de las rocas del presente
que se ahoga debajo de sus ondas
emergiendo cada vez diferente
y es otro yo lo que surge.

Neuronas inmortales sin memoria del tiempo que transcurre
neuronas que viven en el eterno ahora
donde todo lo acontecido y hasta lo que todavía no pasa
están siempre presente en el mero aquí aquí
como una bárbara maldición, o un atávico tesoro.

Vaivén de conciencias diferentes de personalidades alternativas
de éxitos disfrazados de fracasos de risas que no lloran
de ausencias llenandas por aburrimiento disfrazado de vicio
en la búsqueda de la razón de tanto carnaval
por enmascarar la tan pura simpática y clara nada.

 

Tenochtitlan, a 21 de enero de 2012