El viejo ratón acabó su meditación, se levantó de su viejo sillón, apagó la luz y cerró la puerta.
Que me den una linterna, tengo que iluminar esta oscura calle de la verga.
Marco se iba perdiendo entre las miles de vueltas que se desenrollaban en el sueño retorcido.
¡Verga! Hacía calor ¡demasiado calor para tomar un café!
Entonces tomó una cervecita, pero había olvidado el monedero en casa, así se prostituyó, un ratón, sobre una banqueta, que llora, desesperado. 
Nadie se para, las bicicletas  pasan a toda madre sobre el asfalto al rojo vivo: hay un enano más allá que llama más la atención de los clientes. Pasa la patrulla.
Al ver a la policía el ratón huye.
Uuueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!
Dieron la alarma, no hay esperanza para un pobre ratón acechado por miles de gatos-policía. CORRE RATÓN CORRE.

este es K de Picas.

L'Aquila 1971