Fuego en el estomago en el alma
era tras era, ensartando innumerables vidas
la guerra karmica sigue.
Chirriar gástrico empujando lava ardiente por el esófago
a inflamar prepotentemente el corazón, erupciónes de dolor
guerra karmica devastadora.
Familias como campo de batallas antiguas,
razones perdidas en la era de hielo,
la guerra karmica sigue desenfrenada.
Bandos atrincherados bandos al ataque asesino
todos igualmente culpables de usar la vida
para una guerra karmica sinfín.
Ciática, bloqueos renales, gritos en la oscuridad mental
de las memorias borradas, del reboot, del estrago, de las ruinas
nacer para matar nomás, y pues morir a lo mejor matado, otra vez.
Ojos buscando donde quiera que esté el enemigo desconocido, olvidado
que espera en cada rincón, escondido, encarnandose en un brujo asesino
inflamado en la repetición de una venganza karmica sinfín.
Juanetes hepatitis anorexia, Caín y Abel, Layo y Edipo, Romeo y Julieta
planeta explotado, campiña quemada, desierto extendiéndose
luna aullando a la vida, extraño atractor de muerte sinfín.
Tiranía del Tiempo dios de los ejércitos del acecho ensangrentado,
paracaídas el respiro abanico eyectándose del bombardero en picada
capaz de dilatar el momento presente hasta la implosión sinfín.
Real de 14, a 6 de noviembre de 2012